miércoles, 7 de febrero de 2007

Y un día tenía que suceder...

Ahora sólo puedo escribirlo antes de olvidármelo…..
Salí del subte muerta de calor, en la calle no corría mucho aire que digamos , pero igual decidí caminar hasta casa.
Caminaba medio frustrada por no haber conseguido la entrada que quería para el recital y me consolaba cantando “llego con tres heridas…”(era premonitorio).
Me disponía a cruzar triunvirato y ribera, estaba cargada, en una mano dos bolsas con vegetales y en la otra una bolsa con una prenda, a la vez trataba de que la cartera no se deslizara desde el hombro hasta la muñeca.
Un instante más tarde y sin mediar motivo alguno, me encontraba en cuatro patas sobre el asfalto, milagrosamente al lado del charco que había en la calle y no dentro de él.
El colectivo 71 trataba de emprender su marcha, el semáforo ya comenzaba a titilar y lo único que podía pensar era en levantarme rápido para evitar que me aplastara. Cuando veo junto a mi unas piernas esculturales, bronceadas con un short de jean cortísimo ¡divina ella!.. claro acompañando a esas piernas estaba él….ese ingrato engendro del demonio que, con vos de locutor, terminó de abatirme al pronunciar…..¿Está bien señora? Quise hundirme en el asfalto, pero mi dignidad pudo más y le conteste desde el piso con tono altanero….Si, gracias nene!
Continué mi camino, sin la entrada, con dos nuevos moretones y con mis 34 años bien remarcados…llego con tres heridas…

Un día pasa, se te caen los años encima…. ¿Ya te pasó?

1 comentario:

Anónimo dijo...

la sacaste barata...un dia un 71 se metio adentro del pindal !!!