Me acosté tarde, me levanté temprano, me quedé esperando, me bañé y me fui...
Me fui de mi, por un rato, me calcé los zapatos que me diste y salí a caminar el miércoles, hoy martes.
Los zapatos son extraños, muy extraño, el extrañar; sin cordones ni ataduras, son de cota de juglar, engarzan las palabras que nadie suele escuchar.
Sin pretenderme pandora también tengo mi caja donde vuelco mi dote, tengo una estrella perdida, otra sin bandera, un día con mi nombre y toda tu zapatería...¿Alguien quiere darme algo más?
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5 comentarios:
Te puedo dar un abrazo. No es gran cosa, pero no tengo nada mejor...
es mucho...gracias y bienvenido.
Si vas a caminar mucho, puedo darte paciencia transparente, un viento suave que seque tus pestañas y despeje tu frente, gotas dulces de lluvia por si tienes sed, una sombra por si te cansas... y un abrazo, que en la caja de Pandora caben todos...
Te regalo mis palabras desde el borde de un camino de baldosas amarillas...
Te regalo algunas de esas baldosas que el tiempo arrancó al paso de miles de pies cansados.
Te regalo el placer de regalar...
Yo te regalo mi voz, cuando quieras escuchar palabras amistosas
Te regalo mis oidos, cuandos tengas que hablar y no encuentres con quien.
Te regalo mis manos, dispuestas para la labor que necesites.
Te regalo una flor
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