jueves, 1 de noviembre de 2007

La sigo pensando...

Todavia les debo una respuesta, les regalo una sonrisa que dice mucho y les cuento una historia...



El encantador de almas y el reflejo.


Una vez se cruzaron, sin quererlo, a la orilla de un estanque un encantador de almas y el reflejo.
Siguiendo una corazonada tímidamente el encantador saludo y el reflejo contestó con toda su buena educación. Ahí no más y como es costumbre en ellos comenzaron una danza de encantamiento mutuo.
El intrépido caballero intento primero abrirse camino con un par de preguntas típicas, a las que el reflejo contestó tan sereno como el agua del estanque en donde mora, pero él era reflejo y sabia, ni bien alguien se asomaba, cual era el juego que debía jugar. Así que no perdió un minuto, tomo la posta y abrió con preguntas no tan típicas ni tan extrañas los siguientes candados.
Luego de algunas horas de charla el tablero ya estaba montado y las primeras movidas dadas, era hora de que el encantador siguiera su sendero y el reflejo se perdiera tras la luna. La despedida fue sin duda un golpe certero, una pregunta en tiempo y forma correctamente organizada que dejo entrever el deseo de reencontrarse y conocerse.
Pasaron varios días mientras cada uno proseguía con sus deberes, el encantador encantaba y el reflejo reflejaba. Era una tarde soleada cuando el reflejo reconoció el encanto y el encanto se vio reflejado…Nuevamente comenzaron el juego en el mismo punto donde lo habían dejado, pero la estrategia viró hacia las coincidencias y a cada charla el reflejo se encantaba y con cada respuesta el encantador se reflejaba…
Se envolvieron en halagos, se cubrieron de suspenso, se colmaron de deseos, se invitaron, se deslumbraron pero el encanto seguía siendo reflexión del reflejo.
El reflejo continuaba el juego encantando al encanto que se asomaba cada vez más al estanque como narciso para observar encandilado su encantadora imagen.
El encantador sabía como era el juego y jugaba desplegando sus virtudes, conquistando al reflejo que a estas alturas sólo podía reflejar sus carencias lo que excitaba aún más al encanto.
Tanto se miraron y se desearon que paulatinamente el encanto se inclino hacia la reflexión, el reflejo incremento el caudal del agua del estanque intentando besar al encantador…hasta que una noche el encanto cayó en el reflejo y el reflejo se lleno de encanto, quedaron uno cubierto por el otro, se amalgamaron y se fundieron.
Así explico el encanto de almas que habitan en los reflejos de los estanques…


3 comentarios:

Anónimo dijo...

ya te dije que este cuento me encantoooo!!!!!
pero en sí mismos los encantamientos son maravillosos pero efímeros, saber disfrutarlos en el momento justo es lo mejor, porque pueden pasar rapido...
dónde anda Don Quijote???

Cierro comillas dijo...

me alegro anuchi que te siga gustando.
Besos gustosos.

vanmar dijo...

Lo leí diez veces y no supe qué comentar, porque cualquier cosa que diga no le hace justicia, así que seguiré leyéndolo en busca de esas palabras encantadoras para este maravilloso cuento.
Volveré mañana y pasado y al otro...