El momento en que las bocas callan, el instante en que las pupilas se encuentran, el silencio que le gana a las ganas de hablar, la sonrisa que esconde lo que pronuncian los besos. ¡Que más!
Dejamos de decir, dejamos de escribir, dejamos para ser Dijimos no saber que hacer con el otro, por no animarnos a entregarnos a sus causas. Compartimos soledades, en cada abrazo contenemos abandonos y sólo somos la sombra del pasado.
Cuando los besos decaen....que intensas se vuelven las palabras.
De vez en cuando hay que haceruna pausacontemplarse a sí mismosin la frución cotidianaexaminar el pasadorubro por rubrobaldosa por baldosay no llorarse las mentirassino cantarse las verdades.
1 comentario:
Tengo este cuadro en el salón. Justo encima del sofá donde estoy sentado ahora mismo.
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