lunes, 13 de agosto de 2007

Introspección

El día comenzó húmedo y pegajoso, mis sentimientos estaban al día.
Mantuve el ritmo que marcaron mis pasos y lleve minutos de demora junto al escondido sol.
Pensé mucho, muchísimo, tal vez demasiado, hasta que el pensamiento comenzó a esconderse justo cuando el sol comenzaba a asomar.
Las ausencias se transformaron en recuerdos y los recuerdos en fotos. Me gusta ver fotos, jugar a armar las historias, pensar a los protagonistas y darles todo un abanico de posibilidades.
Por la tarde el sol calentó mi espina, sentí como cada vértebra elevaba su temperatura, me sentí centímetro por centímetro y fue placer absoluto.
El sol tiene la particularidad de hacerme sentir viva, también lo tiene la lluvia y el viento, viva en la soledad. Disfruto tanto esos momentos que pocas cosas pueden detenerme.
Tengo todo el tiempo momentos en que me encuentro con mi soledad y es bella pero hoy fue todo un día de soledades soleadas y fue hermoso.


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3 comentarios:

Fossil dijo...

Gritarle al viento, llorar la lluvia y sonreirle al sol, da igual como estemos por dentro de una manera u otra nos rendimos a nuestros instintos como animales del bosque que son sabios en meteorologia..

Caminante (El chico que camina) dijo...

Esos momentos de soledad escogida son los mejores.

Pero no te enganches ¿eh?

vanmar dijo...

Y le gritaste a los vientos, parece que te tocaste el alma...

Ojalá todos los días huela a piel soleada y te sientas viva, en soledad y acompañada.

Un abrazo desde el otro lado del charco.