Dejamos de decir, dejamos de escribir, dejamos para ser Dijimos no saber que hacer con el otro, por no animarnos a entregarnos a sus causas. Compartimos soledades, en cada abrazo contenemos abandonos y sólo somos la sombra del pasado.
Cuando los besos decaen....que intensas se vuelven las palabras.
De vez en cuando hay que haceruna pausacontemplarse a sí mismosin la frución cotidianaexaminar el pasadorubro por rubrobaldosa por baldosay no llorarse las mentirassino cantarse las verdades.